En este momento estás viendo Atrévete a escucharte

Atrévete a escucharte

Esta es una invitación a conectar contigo mismo, a practicar el diálogo interno; si lo entrenamos, si le otorgamos un espacio, aparecerá y podremos escucharnos.  Tenemos que perder el miedo a “dialogar” con nosotros mismos.

Es llamativo el hecho de cómo nos ponemos en segundo plano perdiendo la capacidad de la intuición y, sobre todo, nuestra autoconfianza.  

¡Si la mayoría de las respuestas que necesitamos respecto de nuestra vida e intereses están dentro nuestro!

 Por qué el título de “atrévete”, por dos motivos: el primero, estoy parafraseando a Kant con su “Atrévete a pensar”, convocándonos a introducir el pensamiento crítico y el segundo, porque mientras escribo esta entrada se me viene a la cabeza la imagen del gesto que puso un cliente cuando le preguntaba en consulta si practicaba el hablar consigo mismo…Hizo un gesto de extrañeza, me miró y me respondió que es algo que no solía hacer y que le resultaba algo incómodo el hecho de pensarlo.

Conectar con uno mismo nos permite mejorar en autoconocimiento y con ello, aumentar la autoconfianza, la autoestima.  Si entrenamos en esta práctica será más fácil saber y respetar el momento en que necesitamos una pausa, cuándo es recomendable que nos reunamos con personas y cuándo no, además de permitirnos tener una referencia confiable a la hora de tomar una decisión.

Si cuando nos encontramos ante un dilema practicamos el auto diálogo, haciendo escritos con posibilidades, evaluando opciones y conectando con las emociones que generan cada una de ellas, será más fácil escoger y lo que es muy importante, nos aportará información fiable para futuras decisiones; si la elección nos resulta beneficiosa, si nos aporta mejoras y crecimiento, habremos ganado en autoestima y si nos equivocamos al escoger, si los resultados no salen como esperábamos, habremos adquirido aprendizaje.

¿En qué consiste el conectar con uno mismo?, ¿cómo lo entrenamos?  En primer lugar, hemos de aprender a tomar pausas, a disfrutar de momentos a solas; para luego poder poner en práctica el mindfulness (estar presente con conciencia plena en el aquí y ahora) que facilita la conexión y el reconocimiento de sensaciones corporales y emocionales y así, respetar en la medida de lo posible nuestro ritmo.  

El objetivo de entrenar en el reconocimiento de nuestras sensaciones emocionales y corporales es tenerlas en cuenta a la hora de pasar a la acción, nada de esto tendría sentido si no lo realizamos con un fin.  Si aprendemos a escucharnos y utilizamos la información para obrar en consecuencia, esta práctica, que en principio puede resultar algo forzada, se convertirá en una herramienta, en un recurso con el que podremos que contar de manera espontánea, ofreciéndonos mayor independencia, libertad y autonomía a la hora de la toma de decisiones.

Finalmente, cada decisión que se tome desde esta posición hará posible una coherencia interna sostenible, cada paso que realicemos estará en sintonía con nosotros mismos.

Entonces, ¿te animas a probarlo?